El foro profundizó y analizó la situación del sector palmicultor latinoamericano, ante los retos que deben asumir para enfrentar la problemática actual por COVID-19. Karen Rosales, directora ejecutiva de GREPALMA, tuvo participación importante en la actividad como representante de la agroindustria de aceite de palma en Guatemala.

En el evento se intercambiaron experiencias sobre cómo los distintos gremios palmicultores han “enfrentado retos y a la vez, han implementado estrategias para hacer frente a los efectos del COVID-19 y se conversó sobre las perspectivas para este importante sector post COVID”.

La palmicultura en Latinoamerica representa la generación de 940,000 empleos directos y aglutina a más de 38 mil productores de palma; la región contribuye con la producción del 6,4% de la producción mundial de aceite de palma. Guatemala es el 2do país productor de América Latina con una producción anual de 863,000 toneladas de aceite crudo de palma.

A lo largo de las intervenciones, se destacó el liderazgo mundial que posee Guatemala en cuanto a la productividad de palma de aceite por hectárea; la media mundial oscila en 18 toneladas de racimos de fruta fresca por hectárea y Guatemala alcanza las 26 toneladas por hectárea, colocándolo como número 1 en el mundo.

La producción de aceite de palma en Guatemala representa el 1.09% del PIB y genera más de 28,575 empleos directos y 143,000 indirectos. Los productores guatemaltecos trabajan bajo estándares internacionales y diversos requisitos tanto en el área social, económica y ambiental.